Una caries profunda, un traumatismo o un desgaste importante pueden provocar inflamación de la pulpa, que es la parte más interior del diente. En estos casos aparece sensibilidad o dolor al frío, al calor o a la misma masticación. Cuando esto ocurre será necesaria una endodoncia para conservar el diente y evitar su extracción.
Es imprescindible realizar un buen diagnóstico para determinar en que grado está afectada la pulpa y, si la lesión es irreversible será necesaria la endodoncia. También hay que tener en cuenta el número de raíces y si hay alguna otra afectación, como la infección del hueso adyacente.
Para determinar el tipo de endodoncia a realizar serán necesarias pruebas clínicas complementarias como radiografías, pruebas de vitalidad pulpar, térmicas o eléctricas.